martes, 25 de julio de 2017

Iron Man

Un caso inédito

"Los médicos me dicen 'Ironman' por el alambre que tengo en las arterias"

 Daniel Supini tiene la aorta cubierta de endoprótesis de metal. “El valor de cinco autos adentro del cuerpo”, dice. Es un caso inédito en el país. 
"Los médicos me dicen 'Ironman' por el alambre que tengo en las arterias"
Daniel Supini, listo para el alta médica. Foto Guillermo Rodriguez Adami
Esta nota podría estar titulada de diferentes maneras y todas serían válidas: “El hombre que tiene un millón de pesos en las venas”; “El hombre que tiene el tórax tapizado de alambre”; “Estuvo 25 minutos muerto y está vivo de milagro”. El protagonista de todos estos posibles títulos es Daniel Supini a quien los médicos del Hospital Fernández ahora lo llaman “Ironman” o “Highlander (el inmortal)”. Y casi que no es un chiste.
Hasta el primer momento su caso era el de uno más. La primera operación de aorta se la hicieron cirujanos del Hospital Fernández y no tuvieron ningún inconveniente: era una intervención básica. Pero, como dice Eduardo Sacheri en uno de sus cuentos, lo raro empezó después. “Dejé de hacerme chequeos y de controlarme, volví a fumar y empecé hacer mal las cosas, por eso en el 2014 la arteria volvió a romperse y cuando fui al hospital para que me revisaran, me morí en la puerta del consultorio”, dice Daniel.
No hay registros de casos similiares en Argentina.Y en el mundo se pueden contar con los dedos de las manos aquellos que pasaron por lo mismo que Daniel. Su caso comenzó en el 2005 cuando la vena aorta se le “rompió” por una enfermedad y eso obligó a que le colocaran una endoprótesis -una especie de tubo hecho de alambre de fardo como el que se venden en las ferreterías- que cuesta 300 mil pesos y que sirve para cubrir la arteria donde tiene la falla.
No es un zombie, pero se le parece bastante, porque Daniel -literalmente- volvió de la muerte: “Lo que le pasó es que la endoprótesis se le movió y la sangre que pasa por la aorta se derramó por todo el cuerpo, lo que provoca muerte instantánea”, explica Fernando Cichero, jefe de cirugías del Fernández y agrega: “El paciente tardó mucho tiempo en hacerse los chequeos. Sino esto no debería haberle pasado”.
"Los médicos me dicen 'Ironman' por el alambre que tengo en las arterias"
Daniel Supini, el hombre con arterias de metalFoto: Guillermo Rodriguez Adami
Lo cierto es que Supini cayó redondo en la puerta del consultorio, los médicos cuentan que durante 25 minutos estuvo muerto y que gracias a que conocían su caso, sabían cuál era su problema y actuaron a la velocidad de la luz. Una vez que lo reanimaron lo volvieron a operar y le colocaron otra endoprótesis. Estuvo en coma durante 26 días y otros 70 internado en sala común, pero había algo que no funcionaba bien: “Veíamos que el tejido alámbrico se le movía y el miedo era que vuelva a ocurrirle lo mismo”, cuenta Cichero, que en el 2015 fue noticia también por haberle extaído un escarbadientes del corazón a un paciente correntino que se lo había tragado en una picada.
Lo que decidieron fue ponerle dos endoprótesis más, que suman cuatro en total y que significa más de un millón de pesos en las venas o un torax cubierto de alambre: “Tengo el valor de cinco autos adentro del cuerpo”, dice Daniel, ahora con humor sentado en la cama del hospital, a la espera de la inminente alta médica. “No hay otro como él en nuestro país, no existe nadie que tenga tanto metal en el cuerpo”, dice Cichero , presidente del Colegio Argentino de Cirujanos Cariovasculares.
En el hospital Daniel es una eminencia, todos los médicos lo conocen y le dicen “hombre de hierro”. Él se ríe, se abraza a su hija con síndrome de Down, Kiara (13), se le llenan los ojos de lágrimas: “Si me quedé en este mundo es por ella, no encuentro otra explicación a lo que me pasó. Volví de un lugar de donde no se puede volver. Ahora disfruto más de la vida, el tiempo vale más que la plata. Igual ahora lo que me preocupa es saber si cuando pueda viajar con Kiara en avión, van a sonar o no las alarmas”.
Qué es la disección aórtica y cómo tratarla
La disección aórtica es una enfermedad muchas veces mortal, que afecta a la aorta, la arteria más grande del cuerpo. El doctor Juan Carlos Parodi, en 1996, cambió para siempre su modo de tratamiento al inventar la endoprótesis, un tubo metálico, rodeado de plástico, que se coloca por la ingle a través de catéteres.
"Los médicos me dicen 'Ironman' por el alambre que tengo en las arterias"
La endoprótesis
En el caso de Supini, 5 años después de la primera intervención, su aorta se remodeló. La endoprótesis se corrió y dejó expuesta la vieja zona rota. Literalmente, el paciente falleció delante del equipo de cirugía. Luego de 15 minutos de reanimación, se recuperó. Le colocaron una segunda endoprótesis. Por más de sesenta días se alimentó sólo con helado y no le quedaron secuelas.
"Los médicos me dicen 'Ironman' por el alambre que tengo en las arterias"
Una imágen de la arteria aorta de Supini
Tras 2 años, las prótesis se volvieron a correr. Se le colocó una tercera. Pero la arteria, en lugar de ser un tubo recto, se había transformado en una letra S. No podían colocar la prótesis cerca del corazón, donde estaba la rotura. Entonces utilizaron la prótesis para tapizar la arteria internamente y enderezarla.Así fue como Supini se convirtió en la única persona que tiene 4 endoprótesis en la aorta toraco-abdominal.

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