Argentina aprueba el uso medicinal de la marihuana
La norma garantiza a ciertos pacientes el acceso al aceite de cannabis, pero no el autocultivo
Buenos Aires
“La ley es un poco compleja, estamos muy emocionadas todas las mamás que estuvimos todo el año pasado haciendo un trabajo de hormiga, visitando tres o cuatro despachos por día explicando a diputados y senadores lo que le damos a nuestros hijos. Estamos felices pero tenemos en claro que está súper incompleta y hay muchos huecos, porque nosotras desde el día uno peleamos por el autocultivo. Pero esta es una puertita que abrimos y es muy positivo haber modificado en algo esa ley nefasta que teníamos”, afirma la mujer que sonríe junto a su hijo.
Tras una extensa sesión en la que se trataron otros asuntos, los senadores acordaron avalar la iniciativa sin previo debate en la Cámara, dado que el proyecto ya recibió un extenso tratamiento y consenso en comisiones legislativas. Con esta aprobación, Argentina se une a otros países latinoamericanos como Colombia, Uruguay y Chile, que ya cuentan con medidas que regulan el uso terapéutico del cannabis. Y como en los dos primeros casos, lo hace sin avalar la producción personal de la medicina, elemento clave para evitar el acostumbramiento de los niños a la cepa. El abogado Mariano Fusero, de la Asociación de Pensamiento Penal, explicó que “la ley, que deberá ahora ser reglamentada, autoriza el cultivo de cannabis por parte del Consejo Nacional De Investigaciones Científicas Y Técnicas y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria con fines de investigación y para elaborar la sustancia destinada a los tratamientos, pero sin habilitar el autocultivo para las familias”, además de la potencial importación del aceite, para lo cual muchas empresas extranjeras ya sondearon a las autoridades argentinas.
Para el abogado, la misma situación ocurre con la investigación de la planta: “La normativa que data de hace 50 años y los instrumentos internacionales, siempre permitieron al Estado (y a los privados) realizar investigaciones con cualquier sustancia prohibida y garantizar sus usos médicos y científicos”. En palabras más llanas, nada cambia con respecto a quienes proveen la materia prima para lograr la medicina que generó todo este debate. Para muestra, basta un botón: mientras la ley se aprobaba en el Congreso, la activista, cultivadora y dosificadora de aceite, Brenda Chignoli sufría el allanamiento de su casa y la incautación de sus plantas en la provincia de Córdoba. La mujer recién recuperó la libertad a altas horas de la madrugada del jueces, cuando los festejos se evaporaban como el humo.
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