viernes, 6 de enero de 2017

Quimera ¿?

“Si la homeopatía es quimera o un sistema sin valor caerá por sí misma”
  • Clarín
  • 28 Dec 2016
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Escribo por la nota publicada el 30 de noviembre pasado, el “Golpe a la homeopatía: en EE.UU., las drogas deberán advertir que no tienen efecto”, según la Comisión Federal de Comercio (CFC) de los Estados Unidos. La homeopatía tiene 220 años de existencia. Desde sus comienzos tuvo sus detractores: primero los boticarios, léase competencia por sus intereses comerciales; después, por la Academia de Medicina de Francia al pedir a Guizot, ministro en el reinado de Luis Felipe, la expulsión de Samuel Hahnemann, su creador, a lo que Guizot respondió: “Si la homeopatía es una quimera o un sistema sin valor propio caerá por sí misma, y se extenderá a pesar de todas nuestras medidas preventivas, y la Academia debe desearlo antes que nadie, pues ella tiene la misión de hacer avanzar la ciencia y alentar los descubrimientos”. Fueron palabras premonitoras.
La ciencia “es todo saber debidamente fundamentado en una verificación y asistido por un método apropiado”. La homeopatía la tiene. Hipócrates, padre de la Medicina, nacido en la isla de Cos, (400 A.C), seguido por Claudio Galeno (130-200 D.C), afirmaba que se podía curar por medio de medicamentos de acción contraria -alopatía- y por la acción de los semejantes -homeopatía- principio redescubierto por Hahnemann (1755-1843). A través de observaciones minuciosas y de infatigables investigaciones, en él, y en sus discípulos, Hahnemann llegó a conocer los efectos puros de los medicamentos hasta crear un arsenal terapéutico. De ahí que se sostiene que la homeopatía es la “medicina de la persona” -pacientes con idénticas enfermedades las sufren de diferentes maneras-. Su base fundamental se puede resumir en cuatro pilares: la experimentación de drogas en el hombre sano; la Ley de la Semejanza para administrar el medicamento en el enfermo. Medicamento, diluido, dinamizado y medicamento único. A través de una exhaustiva historia clínica, el médico homeópata podrá determinar el remedio del paciente mediante la totalidad sintomática, jerarquizan- do sus síntomas mentales, afectivos y de conducta. Miles de pacientes llegan a la homeopatía habiendo fracasado en los tratamientos alopáticos o negándose a tomar más remedios paliativos. En Estados Unidos ejercieron la homeopatía eminentes médicos como Constantino Hering, nacido en Leipzig, quien al estudiar la obra de Hahneman con espíritu crítico se convierte en homeópata, debiendo emigrar de Alemania a América donde fundó la primera Academia de América del Norte de Medicina Homeopática. Escribió en diez tomos la “Guiding Symptoms”, y descubrió la Ley de Curación que lleva su nombre y permite al médico homeópata saber si el paciente se está curando correctamente. Otro eminente estadounidense fue James Tyler Kent (1849-1916) cuyo “repertorio”, usado en todo el mundo es como la biblia del homeópata. Escribió también la “Materia médica” y su “Filosofía homeopática”. Hahnemann nos legó los principios, leyes y un cuerpo de doctrina en que se sustenta la homeopatía.
La medicina homeopática, ya recomendada por la OMS en 1983, atrae cada vez más el interés de los pacientes que acuden con esperanza a los profesionales que practican con seriedad lo que se ha dado a llamar “medicinas alternativas”, término del todo inexacto porque son medicinas en sí. Creo oportuno traer a consideración el pensamiento del doctor Florencio Escardó, Profesor Emérito de la UBA, ya fallecido, cuando expresó: “No me cansaré de repetir que hay una sola medicina, la que cura, cualquiera que sea la subestructura teórica sobre la que se apoya. Pero en el caso de la homeopatía, es sin duda particular en la historia de la cultura, habiendo dado por más de 200 años pruebas irredargüibles de su eficacia concreta”. Miguel Isas MEDICO HOMEOPATA EXPRESIDENTE DE LA ASOCIACION MEDICA HOMEOPATICA DE TUCUMAN mfaraozisas@yahoo.com.ar


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