domingo, 12 de febrero de 2017

El verano y la deshidratación - Señales para estar alerta


En esta nota te compartimos pautas y estrategias para evitar la deshidratación. Uno de los síntomas más frecuentes en épocas de mucho calor.
Es muy importante implementar algunas estrategias para no dejar de beber la cantidad de líquido necesaria y recomendada sobre todo en el verano, ya que en épocas de calor uno de los malestares más frecuentes es la deshidratación.
El 60% de nuestro peso corporal total es agua, relacionando la cantidad de agua con algunos de nuestros órganos podemos decir que tres cuartas partes de nuestro cerebro y corazón están representadas por agua, así como el 83% de nuestros pulmones y el 31% de nuestros huesos también la contienen.
Sin embargo, a lo largo del día grandes cantidades de líquido desaparecen a través de la orina, el sudor o incluso de la respiración.
¿Cuándo hablamos de deshidratación?
Esto se da cuando la disminución del agua corporal total producida por el desequilibrio entre las pérdidas de líquidos o fluidos y su ingreso, es decir, que las pérdidas superan los ingresos.
Cuando tenemos sed es porque ya existe cierto grado de deshidratación, con lo cual hay que anticiparse bebiendo agua durante todo el día.
En principio, un buen ayuda memoria, para quienes no tienen el hábito de ingerir demasiado líquido, es colocar alarmas en el celular que nos recuerden que debemos beber agua de forma continua. De esta forma, se realizará un ejercicio consciente de una correcta hidratación.
Tomar poca agua puede ser tan malo como tomar mucha y en forma desmedida. Por eso, en personas jóvenes el mecanismo de la sed es el mejor indicador. No ocurre lo mismo en el caso de los lactantes o ancianos que dependen de terceros quienes son los responsables de asegurarles una hidratación adecuada.

Señales para estar alerta: 
  • Sed intensa y sequedad en la boca
  • Temperatura corporal mayor a 39º
  • Sudoración excesiva
  • Sensación de calor sofocante
  • Piel seca
  • Agotamiento o debilidad
  • Mareos o desmayo
  • Dolores de cabeza (sensación de latido u opresión)
  • Estado de confusión
  • Desorientación
Estos síntomas pueden indicar un golpe de calor. Ante lo cual, es necesario concurrir a una guardia médica.
¿Qué y cuánto beber para hidratarnos?
El agua segura, bebidas deportivas entre otras, contribuyen a hidratarnos. También existen soluciones de rehidratación oral que contienen glucosa y minerales que según cada caso particular pueden ser indicadas por los médicos.
Los requerimientos diarios de agua en los niños son muy variables ya que dependen de la edad y el peso. La recomendación general es que se deben consumir mucho líquido todos los días sobre todo en días calurosos y mientras estén realizando ejercicios, incentivándolos a tomar agua cada 15 minutos mientras estén en actividad.
En los adultos, la cantidad necesaria es de 2 a 2,5 litros diarios. Esta medida debe superarse en condiciones especiales de enfermedad, altas temperaturas o cuando realizamos ejercicios.
Las embarazadas y mujeres en tiempo de lactancia necesitan más de 2 litros por día. Teniendo en cuenta que dos tercios del aumento del peso durante el embarazo es agua, esta condición aumenta el volumen sanguíneo, ayuda a mantener una adecuada cantidad de líquido amniótico y el crecimiento del feto.
Algunas estrategias extras
  • Aun cuando no sienta sed, tomar la mayor cantidad de líquidos posible, sobre todo agua mineral y jugos de fruta fresca.
  • Evitar salidas y actividades físicas en las horas de calor (entre las 11 y las 16).
  • Procurar estar a la sombra. Usar sombreros o pañuelos y ropa liviana y amplia, de colores claros.
  • No consumir bebidas alcohólicas, porque alteran la capacidad de respuesta al calor y favorecen la deshidratación.
  • Evitar las bebidas con cafeína (café, té, bebidas cola) o muy azucaradas.
Los problemas que trae la deshidratación
Los problemas de salud vinculados a la deshidratación pueden ocurrir en todas las edades. En general, produce sequedad de la mucosa, debilidad, dolores de cabeza, fatiga, náuseas, la orina comienza a concentrarse y aparece más oscura hasta que finalmente si la falta de agua persiste los riñones dejan de funcionar y no se produce la cantidad de orina necesaria para eliminar los productos metabólicos de desechos.
En el caso de los deportistas, puede bajar el rendimiento deportivo, traer alteraciones musculares como calambres, entre otros problemas.
En los grupos de riesgo, como los chicos o los ancianos, puede llevar a problemas neurológicos y renales, situaciones realmente graves que ponen en riesgo la vida y requieren consulta y eventualmente internación para hidratación endovenosa.
En la tercera edad, por su parte, puede tener mayor impacto y producir debilidad, cambios de conducta, somnolencia progresando a desorientación y cuadros confesionales.
Una adecuada hidratación también previene la descompensación de enfermedades prevalentes como la diabetes o la hipertensión así que debemos considerar al agua como esencial para mantener la homeostasis o equilibrio de nuestro organismo.
Esto permitirá al organismo mantener un buen funcionamiento de muchas reacciones químicas internas y el adecuado equilibrio de muchos minerales, como el sodio, potasio, calcio entre otros.
Por Edgardo García Espina, Jefe de Emergencias de la Clínica Zabala
Fuente:  Clarin.com | Entremujeres | Vida Sana | Salud | 17/01/2017

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