Extractado
de Dr. Mercola
El
maíz, soya, canola y remolacha azucarera transgénicos se las han ingeniado para
filtrarse en aproximadamente 80 % de los artículos procesados disponibles en
los supermercados de los Estados Unidos, ahora que hasta un 90 % de varios
cultivos se cultivan con semillas GMOS.
Así
que si vive en los Estados Unidos, lo más probable es que este expuesto a los
alimentos con GMOS-lo más probable es que a muchos de
ellos.
Esta
es la razón por la que el movimiento Boulder para eliminar los cultivos
transgénicos es un proyecto innovador, ya que finalmente un órgano del gobierno
estadounidense está siendo parte este proyecto para proteger a sus residentes de
este experimento masivo e incontrolado—un movimiento que ya está en marcha en
otras partes del mundo, y en cuatro condados de California y una ciudad en
Maine.
Las
semillas genéticamente modificadas están prohibidas en Hungría, al igual que en
otros países europeos, como Alemania e Irlanda. Perú también está siguiendo el
principio de precaución, e incluso ha aprobado una ley que durante 10 años
prohíbe los ingredientes transgénicos dentro de la nación.1
El
problema de proteger las tierras de cultivo contra la invasión de los GMOs es
muy grave, tanto que Hungría recientemente destruyó casi 1 000 acres de cultivos
de maíz porque descubrió habían sido erróneamente cultivadas con semillas
transgénicas.
Una
nueva investigación ha demostrado que las toxinas de los cultivos transgénicos
ahora están apareciendo en la sangre de los humanos—fue lo que los hizo sonar la
alarma.
El
otro asunto e inclusive más grave, es el oculto. Casi todos los cultivos
transgénicos son diseñados con genes capaces de resistir un potente herbicida
llamado Round Up o glifosato. La ciencia más reciente está demostrando que el
glifosato en realidad es MUCHO más peligroso de lo que lo que podría
imaginar.
Simplemente
no es muy apreciado aún, y anualmente, los cultivos en los Estados Unidos están
esparciendo cantidades masivas de ello. Las consecuencias de este uso excesivo
de este químico generará consecuencias profundamente devastadoras, y entre más
tiempo esperemos para eliminar esta toxina, el problema será más
grande.
Toxina
"Pesticida" Transgénica se Ha Descubierto en la Sangre
Humana
Más
del 65 % de los cultivos de maíz en los Estados Unidos contienen un gen especial
que les permite producir un insecticida. De esta manera, cuando los insectos
intentar comerse el maíz son aniquilados inmediatamente (su estomago explota)
porque la planta contiene una invisible e integrada
protección.
Dicho
gen aplicado a la mayoría de los cultivos de maíz es un tipo de toxina
Bt—producido de la bacteria Bacillus thuringiensis.
Los
ingenieros genéticos eliminan el gen que produce el Bt en las bacterias y lo
insertan en el ADN de las plantas de maíz (y algodón). Ellos afirman que la
toxina Bt es rápidamente destruida en el estomago de los humanos—y aunque
sobreviva, no creara reacciones en humanos ni en
mamíferos...
Pero
los estudios ahora están demostrando que este no es el caso, ya que la toxina Bt
llega fácilmente al torrente sanguíneo de los humanos y, los estudios ya han
demostrado que la toxina Bt causa efectos de salud en animales y posiblemente en
los humanos.
Desafortunadamente,
parece que Cry1Ab, un tipo específico de toxina Bt en el maíz transgénico, ya
predomina en los humanos; ya que realizar pruebas en mujeres embarazadas y no
embarazadas que llevan una típica dieta Canadiense (que incluía alientos
transgénicos como maíz, soya y papas) los investigadores descubrieron la toxina
Bt en:
<!--[if
!supportLists]-->·
<!--[endif]-->93
% de las muestras de sangre materna
<!--[if
!supportLists]-->·
<!--[endif]-->80
% de las muestras de sangre del feto
<!--[if
!supportLists]-->·
<!--[endif]-->67
% de muestras de sangre de mujeres no embarazadas
Una
gran parte del problema, y una de las razones por las que los Estados Unidos
no ha creado una postura de precaución como lo han hecho otros países, es porque
el Departamento de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés) y la
Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de
los Estados Unidos (FDA) tienen influencias con el gigante de la biotecnología
“Monsanto”.
Sólo
en el primer trimestre del 2011, Monsanto gastó $1.4 millones en cabildeo a
nivel gobierno federal-- y esa fue una menor cantidad con respecto al año
anterior, cuando gastaron $ 2.5 millones en el mismo
trimestre.
La
FDA, el USDA y el Representante de Comercio de los Estados Unidos tienen un
conjunto especial de puertas giratorias que los guían directamente a Monsanto,
lo que ha permitido a este gigante transnacional obtener autoridad e influencia
fenomenal, así como lograr que sus cultivos transgénicos se han plantados en la
mayoría de las tierras agrícolas estadounidenses.
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